El Tera, llamado “Teira” en documentos antiguos, es un río que tiene un recorrido de 153 kms por tierras zamoranas. Nace, en las montañas de la alta Sanabria, en la sierra Segundera, no lejos de Peña Trevinca (2140 metros), hasta su final cerca del pueblo de Milles de la Polvorosa, en que se junta con el Esla. A poco de nacer ,sus aguas cristalinas, después de atravesar las cascadas, riscos, y algunos valles de la alta montaña Sanabresa, llegan al famoso y hermoso Lago de Sanabria. Para los zamoranos, para los benaventanos y para todos los que visitan el lugar da la sensación como que el Tera naciese en el citado lago, pues a partir de aquí es donde el río se forma e inicia su andadura y su caminar hacia el Esla. Su caudal aumentará gracias a los varios afluentes que recibe a lo largo del recorrido: los ríos Negro y Verde y los arroyos, El Regato, El Almucera y el Castrón, así como otros de menor importancia. Se puede decir que el Tera es el río de las presas, pues a causa de ellas y para producir energía eléctrica sus aguas se ven detenidas, hasta ocho veces, pues ocho al parecer, las que tiene el río: antes de llegar al lago de Sanabria vemos la de Vega de Tera, tristemente recordada por su rotura en 1959 y que causó enormes desgracias en Ribadelago, la de Puente Porto, la de Playa, la de Cárdena, la de Garandones y la de Vega de Conde. Y luego cuando las aguas salen del Lago camino del Esla y ya en su curso medio sus aguas se verán embalsadas por las presas de Cernadilla, Valparaíso y Agavanzal, esta última ya en la comarca de Benavente. El tera es el río mas ecológico de la provincia. Su entorno natural se conserva todavía en buen estado. Mantiene una vegetación exuberante, principalmente a base de robles, encinas y castaños en su curso alto y medio; chopos, álamos y sauces en las zonas bajas y mas de ribera; muchos otros arbustos, mimbreras, juncales y paleras, a las orillas del mismo río; una fauna y una flora en un estado aceptable, aunque mejorable, y unos pueblos que progresan, en parte gracias al río, con sus extensas vegas y de acuerdo con sus posibilidades. A pocos kilómetros del Lago, a su derecha y aguas abajo, el río dejará pronto Puebla de Sanabria, con su castillo, iglesia románica, muralla y villa medieval, merecedora de visita, y entre curvas y rectas a pocos kilómetros, se encontrará con el embalse de Cernadilla, cuya presa se construyó en el año 1969, y que afectó a los pueblos de Otero, Cernadilla Sandín, Entrepeñas, etc. Pocos años después, concretamente en 1987, se construyó la de Valparaíso, que afectó a unos cuantos pueblos más como Anta de tera y Manzanal de Abajo, que quedó abnegado totalmente bajo las aguas, entre otros.
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Lo que era un valle casi paradisíaco paso a convertirse en valle de las
lagunas, ya que eso es lo que parecen los
embalses, aunque se consideren
muy necesarios. Aquel cauce estrecho que presentaba el río en Valparaíso,
fácil de atravesar entre sus rocas, con pozos para las truchas y con
raseras y corrientes del agrado de los pescadores, se ha convertido en un
mar menor, sin olas, pero también sin la vegetación de la ribera. Y además
bajos las aguas quedaron algunos molinos o aceñas, casas o cementerios,
cuando no pueblos enteros. Y algún yacimiento arqueológico que podía
haber proporcionado información sobre pobladores antiguos de estas
tierras. |
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Vistas de la presa y Molino de Villar de Farfón. Ha quedado cubierto por el embalse de Nª Sª de Agavanzal |
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Por último y en fecha mas reciente (1994), se construyó la presa de
Agavanzal, cerca de Ermita de Nuestra Señora del Agavanzal, tan querida
por los vecinos de Olleros de tera. Se encuentra ya en la comarca y
partido judicial de Benavente no habiendo más embalses en lo que queda de
su recorrido.
Al tera, un río que destaca en su curso alto y medio por sus aguas
cristalinas, con bellos paisajes, con puentes y molinos de notoriedad
antigua y pueblos con un sabor especial, los embalses le han cambiado.
A pesar de que producen electricidad y almacenan agua, dos cosas básicas
para el progreso de hoy, no se explica que algunos de sus pueblos, anden
escasos de luz y de agua, tanto para beber como para regar sus tierras. |
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Presa de Nuestra Señora del Agavanzal (Olleros de Tera), Zamora. |
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Ojalá que en el futuro, los embalses dejen algo mas de riqueza y progreso en la zona, pues con esta finalidad se construyeron. Es a partir del embalse de Nª Sª de Agavanzal, construido en termino de Olleros de Tera, desde donde se puede contemplar el río sin lagunas o mares aparentes. |
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Quien recorra el río a partir de aquí, podrá ver los molinos de
Olleros, Calzada, Santa Marta, Micereces, Colinas de Trasmonte y Mózar.
Éste último tal vez el mas antiguo de todos. Hay otros aguas arriba,
algunos bajo los embalses como el de Villar de Farfón; tendrá que
detenerse en Santa Marta de Tera, para ver su Iglesia románica y
su Santiago Peregrino y podrá detenerse también,
si lo desea, en las
Ermitas de la Virgen de Agavanzal, la Trinidad
y de las Encinas que se
encuentran en los pueblos
de Olleros de Tera, Camarzana
de Tera y Abraveses
de Tera, respectivamente. |
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Molino de Olleros de Tera |
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Hay otras por todo el Valle, pero son de destacar la de la Virgen de la
Carballeda en Rionegro del Puente y la de Los Remedios en Otero de
Sanabria.
La arqueología y la historia de los pueblos va pareja a la importancia
del río. Hace años se descubrió el alfar romano de cerámica de paredes
finas mas importante de España, en el termino El Ladrillar, muy cerca de
Melgar de Tera. Hay también importantes castros como el de Camarzana y
otros muchos yacimientos prerromanos y romanos.
En la actualidad tenemos que destacar,
como no la limpieza del río en
muchos lugares y su acondicionamiento para zonas recreativas como
las de
Camarzana, Micereces, Riochico, y principalmente Mózar, en donde existe
un gran complejo turístico que incluye zona de baño, camping,
restaurantes, bares, etc, e incluso un
coto intensivo de pesca para los
aficionados a este deporte.
Los amigos del patrimonio piensan que el Tera tiene futuro, a pesar de que
sigue recogiendo las aguas sucias de muchos pueblos, pues lo de
las depuradoras todavía esta lejos de ser algo normal en Zamora, al menos en
los pueblos de la provincia. Y en algunos lugares se siguen arrojando al río
o sus orillas basuras diversas, sin pensar en el daño que se hace al
medio ambiente y a la fauna del río. Los ríos son el pulmón natural de los pueblos y ciudades. Están ahí para servir a todos y para que todos nos podamos servir de ellos. Por eso debemos prestarles y mayor cuidado y atención, para que así puedan de mejor modo prestarnos su servicio. Fuente de procedencia:
Emiliano Pérez Mencía. "Valles
Benavente. El agua que nos rodea".
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